Comprender la naturaleza y el funcionamiento de los embudos de conversión, también conocidos como "purchase funnel" en SEO, es esencial para direccionar la estrategia de posicionamiento en buscadores según la fase en la que se ubique el usuario en el proceso de compra. Este concepto es de suma relevancia en el ámbito del marketing digital, ya que una mejor utilización de los embudos de conversión aumenta significativamente las probabilidades de que el usuario realice la acción deseada.
Pero primero conozcamos cada uno de los protagonistas de este artículo.
Contenido del artículo
El SEO, acrónimo de "Search Engine Optimization" (Optimización para Motores de Búsqueda), es el proceso de mejorar la visibilidad de un sitio web en los resultados orgánicos de los motores de búsqueda. Es importante destacar que el SEO se refiere a resultados no pagados, a diferencia del SEM o "Search Engine Marketing," que implica pagar por anuncios para ocupar los primeros lugares en búsquedas específicas. Para ilustrarlo, el SEO es como encontrar un estacionamiento gratuito cerca de tu destino, mientras que el SEM implica pagar por un espacio de estacionamiento.
El SEO ha evolucionado significativamente con el tiempo en el ámbito del marketing en línea. En sus inicios, las estrategias de posicionamiento web eran simples y se basaban en repetir ciertas palabras clave. Actualmente, se da mayor importancia a la experiencia del usuario.
Dentro del mundo del SEO, se consideran varios conceptos y técnicas esenciales:
Ahora vamos con el otro participante.
El embudo de conversión, también conocido como conversion funnel, es un concepto del marketing en línea que guarda una estrecha relación con los objetivos que establecemos al lanzar una tienda en línea, y en general, un sitio web o blog, especialmente cuando dichos objetivos están relacionados con aspectos comerciales.
En términos generales, podemos identificar 5 fases fundamentales en el embudo de conversión:
Los embudos de conversión en SEO son un concepto esencial. Se refieren al proceso que sigue un usuario desde el momento en que descubre una página web hasta que realiza una acción específica, que puede variar desde completar un formulario hasta hacer una compra. En el contexto del SEO, esto implica optimizar la página web para cada etapa del "purchase funnel".
Este enfoque implica usar las palabras clave adecuadas, crear contenido relevante para cada fase y garantizar que los usuarios tengan una experiencia positiva en todas ellas. Esto incluye aspectos como la claridad, la fluidez y una velocidad de carga óptima, entre otros factores.
El término "embudo" proviene de la representación gráfica de cómo disminuye el número de usuarios a medida que avanzan en el proceso, similar a la forma de un embudo. Es importante destacar que esto no necesariamente indica una estrategia deficiente, sino que se adapta al público objetivo. A menos que la reducción sea tan drástica que no se logren los objetivos, en cuyo caso se debe identificar por qué los visitantes abandonan la página y mejorar esa área para retenerlos.
Existen diversos tipos de embudos de conversión en SEO, cada uno centrado en objetivos específicos:
En todos estos tipos de embudos, una estrategia de SEO efectiva es esencial. Esto implica desde la investigación y el uso adecuado de palabras clave hasta la creación de contenido atractivo y persuasivo.
Los embudos de SEO constan de varias etapas:
Estas etapas son conocidas como el "customer journey", que abarca todos los puntos de contacto que una persona tiene antes de concretar una compra. Cada uno de estos puntos de contacto es crucial, y como marca, es fundamental asignarle el valor adecuado, ya que acercan al usuario al objetivo final.
Este enfoque implica que el SEO debe aplicarse en cada una de las fases para lograr ventas y fidelización. Además, el contenido debe adaptarse a cada etapa y acompañar al usuario en su recorrido.
Es fundamental adaptar el contenido a la fase del embudo en la que se encuentre el usuario. En la etapa de atracción o concienciación, el usuario debe encontrar contenido informativo sobre la marca y sus ofertas. En este sentido, es ideal trabajar en fichas de productos y guías, ya que el objetivo es atraer a usuarios que aún no están familiarizados con el tema y necesitan información desde cero.
Cuando el usuario pasa a la fase de consideración, su interés cambia, ya que conoce la marca y su oferta. Aquí, el enfoque es persuadir al usuario para que realice una compra, aumentando su interés en los productos y servicios. Para lograrlo, se debe ofrecer contenido más técnico y específico, como comparativas, reseñas o análisis detallados.
En la fase de acción o venta, donde el usuario se convierte en cliente, es esencial centrarse en un contenido persuasivo que destaque los beneficios y características del producto o servicio. También se debe transmitir confianza, seguridad y calidad a través del contenido.
Por último, en la fase de recomendación, el usuario necesita contenido instructivo que le ayude a resolver cualquier duda durante el uso del producto o servicio. Además, es importante proporcionar información sobre garantías y servicios posventa. El cliente debe sentir que la empresa está disponible para ayudarlo en caso de cualquier consulta o problema después de la compra.
Es crucial conocer la fase en la que se encuentra cada usuario para ofrecerle contenido que satisfaga sus necesidades en ese momento. De esta manera, será más probable que avance a lo largo del embudo de conversión.
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