Podemos definir a la productividad laboral, como la relación entre los niveles de esfuerzo, uso de recursos y valor de la producción final.
En este sentido, antes de determinar los niveles de productividad laboral en una empresa, muchos datos deben ser leídos.
Como en todos los ámbitos colectivos, la productividad laboral depende intrínsecamente de la productividad individual de cada miembro de nuestro equipo.
Son numerosos los factores que debemos contemplar para tener altos niveles de productividad laboral.
Los más importantes son el clima laboral y la distribución de puestos clave.
Sobre estos dos elementos importantes, podemos desgranar todas las variantes que deberemos tomar en cuenta para optimizar al máximo nuestra productividad laboral.
En este sentido, un estudio detallado del funcionamiento general de nuestra empresa es vital.
Evaluar el flujo de información, los tiempos de gestión, la temporalidad de los objetivos y el ritmo de trabajo.
Cuando nos queda trabajo pendiente de un día para otro, hay fallas sustanciales que debemos mirar muy de cerca.
Optimizar nuestros niveles de producción al máximo, es la puerta de entrada a convertirnos en una empresa con alta rentabilidad.
Una empresa productiva gana mucho dinero porque es capaz de satisfacer perfectamente las demandas de su público.
El énfasis en cada eslabón de nuestra cadena productiva, y el desarrollo de nuestros métodos siempre son pilares muy importantes para nuestros fines.
En estas líneas, te hablaremos sobre todos los aspectos importantes a tener en cuenta para contar con una alta productividad laboral en nuestra empresa:
La productividad de una empresa, depende de los procesos de gestión que se lleven a cabo en su seno.
Cuando un sólo proceso, en un solo departamento registra falencias, toda la cadena productiva se verá afectada por ello.
La distribución de las tareas, debe tener como factor principal las cualidades centrales de cada uno de los miembros del equipo.
Pondremos como ejemplo, un equipo de fútbol, para ilustraros.
Si tomas al delantero centro de un equipo, y le pedimos que haga de arquero, es muy probable que encajemos varios goles.
De la misma forma, si le pedimos al arquero, que vaya a anotar goles, se sentirá de seguro muy incómodo con su rol.
Con esta analogía, nos trasladamos al plano empresarial.
La gestión de talento humano, siempre tendrá como horizonte encontrar los pros y las debilidades de cada empleado, y colocarlo en el área donde mejor rendimiento pueda darle a la empresa.
Los ritmos de trabajo, son parte importante en las tareas de organización.
Un ritmo muy vertiginoso puede ser perjudicial para los miembros del equipo, y terminará por someterlos a una fatiga importante.
Un ritmo de trabajo lento, traerá como consecuencia la desmotivación paulatina y sistemática del staff de trabajo.
Encontrar el ritmo de trabajo que sostenga la relación numérica que necesitamos para sostener nuestros índices de producción, es la clave para definir el ritmo correcto.
En función de esa relación, podremos definir el número de recursos humanos necesario en cada área de desarrollo.
La comunicación, es otro punto capital en la búsqueda de una alta productividad laboral.
Cuando el flujo de información es el correcto entre departamentos y empleados, todos los datos necesarios estarán a disposición siempre.
Entonces si, por el contrario, el flujo de datos no es lo suficientemente bueno, nuestros niveles productivos estarán sometidos a un riesgo constante.
La temporalidad de los objetivos es crucial en la construcción de una productividad laboral idónea.
Esto, guarda una relación cercana con los ritmos de trabajo.
Tiempos demasiados cortos sólo fomentarán el estrés general, y traerá dos resultados posibles: El no cumplimiento de los objetivos planteados, u objetivos cumplidos malamente y con fallas muy palpables.
Así como asignar tiempos demasiado largos, tendrán resultados muy lentos, que afectarán la capacidad de respuesta ante las necesidades de los consumidores.
Los espacios idóneos para el desarrollo de cada tarea, cumplen un rol especialmente importante, al igual que la riqueza logística de nuestra compañía.
Contar con el espacio físico adecuado y los recursos materiales correctos para el desenvolvimiento de las tareas del equipo, subirá los índices productivos y a su vez reducirá los tiempos de gestión.
El desarrollo tecnológico es importante en cualquier desarrollo productivo.
Siempre, querremos obtener los mejores resultados a cambio del menor esfuerzo posible.
Esto es cada vez más posible en todos los sentidos gracias a la tecnología.
Aun así, el desarrollo e implementación de la misma en nuestro entorno empresarial depende nosotros.
La posibilidad de adaptación de horarios laborales a las necesidades de cada empleado, puede sonar como una utopía.
Sin embargo, esto ya es una realidad en países altamente desarrollados y productivos como Alemania y Japón.
Cada cabeza es un mundo, y cada mundo tiene sus necesidades. En el caso de nuestros empleados, atender sus necesidades los hará sentir comprometidos e importantes.
Igualmente, el espíritu de cooperación ha de predominar en cualquier empresa altamente productiva.
Compañeros de labores que siempre estén prestos a colaborar donde pueda que falten un par de manos adicionales, son vitales en la construcción de una alta productividad.
Cada departamento, cada miembro de un equipo, es una pieza importante y fundamental en el organigrama de funciones.
Así mismo, la motivación cumple un rol importante en la búsqueda de un alto performance empresarial.
La identificación de cada trabajador con la misión y visión de la empresa, y las tareas que día a día él mismo ejecuta es importante en cualquier esquema productivo.
La construcción de una moral sólida, traerá como consecuencia empleados altamente comprometidos con los valores de la empresa.
Hagamos marketing para nuestros empleados, y ellos venderán las ideas a nuestros clientes.
Y, como plus, un liderazgo sano, que llame siempre al crecimiento, trabaje sobre las falencias y premie el trabajo bien hecho, complementará un equipo de coordinación efectivo.
Ya habiendo dejado claro los factores a tomar en cuenta en la búsqueda de una alta productividad en nuestra empresa, identifiquemos con precisión los elementos que transformarán este asunto concretamente. ¡Hagámoslo!
Los índices de productividad laboral de una empresa, serán el termómetro de su éxito.
Cuando los algoritmos de gestión son llevados a cabo correctamente, y los procesos tienen el seguimiento adecuado, el proceso de crecimiento de las empresas se hace más rápido y eficaz.
La distribución de roles y recursos es la llave maestra a este crecimiento, sin lugar a dudas.
Desde el génesis de nuestra compañía, la creación de un sistema productivo sostenible, es una asignación fija en nuestros planes de negocios.
Como siempre, desde aquí, esperamos que este artículo ilustre mucho tus ideas, y te lleve a conseguir la productividad soñada de tu negocio.